En construcción


A diferencia de muchas personas que nacen con una vocación profesional, muchas veces errónea por las ideas socioculturales instauradas de los trabajos considerados " bien vistos", yo nací sin vocación en este sentido. Siempre me han parecido todos los trabajos a su manera interesantes, pero ninguno al que llamar vocacional. No achaco esta falta de vocación a una apatía en la búsqueda, todo lo contrario, siempre he tenido curiosidad por otras inquietudes en la vida como puede ser la música, el teatro, el cine que me han llenado en cierta manera; lo que para muchos han considerado el trabajo como su vía de realización personal y profesional. Ante el estigma social de no tener una vocación, estudié Relaciones Laborales, un poco también con la idea utópica de luchar y entender los derechos del trabajador. 
Mi primera entrada al mundo laboral y todas las que siguieron después fueron continuos desengaños, por la falta de ética y valores  que mueve el mundo de los recursos humanos, con esto no digo que no aprendiera o conociera a personas con gran calidad humana y profesional, pero no me sentía en absoluto realizada en un mundo tan agresivo " El hombre es un lobo para el hombre" Hobbes.
Llegué a la conclusión de que debía cambiar el camino y redefinirlo hacia un mundo más social. ¿Por qué no ayudar a esas personas que han tenido las mismas cuestiones que yo me planteo y facilitarles el camino hacia sus proyectos y metas o en el caso de no saberlas, poder ayudarles a desarrollar esas aptitudes, conocimientos y habilidades que tienen en cierta manera perdidas, o a integrar a personas excluidas socialmente?

Así se inicia mi camino en la orientación e inserción Laboral   

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